Por primera vez, el pequeño Pedro debe llevar a pastar a las ovejas de su padre. ¡Pero qué aburrido le resulta estar allí esperando a que las ovejas coman el pasto! ¡No terminan más! Para volver rápido a casa, Pedro elabora un plan que incluye mentiras y la ayuda de un lobo profesional. Lo que no sabe es que cuando empezamos a mentir después es muy difícil dejar de hacerlo. ¿Habrá alguien en este cuento que pueda darle una lección al pastorcito mentiroso para que no intente engañar a nadie más?