La verdulería de don José se está inundando, y aunque él limpie y seque, la inundación no se detiene. ¡Pero qué
misterio! ¿De dónde vienen de repente tantas gotas? Unas voces finitas y frutales que salen de un cajón traen la respuesta. ¡Se trata de Damasquito, el menor de los Damasco! Dice que quiere ser durazno y por eso llora y llora, causando la inundación. Acompañado por su familia, este pequeño damasco entenderá que eso es imposible, pero que hay otras formas maravillosas de ser uno mismo.