Agustín no tiene una buena imagen de si mismo. Sabe que es torpe, distraído y vive haciendo papelones. Además cuando se pone nervioso se le da por escribir o hablar en verso…Sin embargo, tiene una capacidad deductiva como pocos y aún a costa de su propia torpeza resolverá un caso de anónimos amenazantes, se encontrará cara a cara con, ¿el hombre lobo? Y logrará ganarse la admiración de la chica que le gusta.